La lengua es uno de los órganos más fascinantes de nuestro cuerpo. No solo nos permite saborear, hablar y sentir, sino que también juega un papel crucial en muchas de nuestras funciones vitales. Sin embargo, hay ciertos aspectos de este músculo que son poco conocidos. A continuación, te contamos 5 curiosidades que probablemente desconozcas. ¡Vamos allá!
1. Cada lengua es diferente
¿Sabías que no existe una lengua igual que otra? Al igual que nuestras huellas dactilares, cada lengua es diferente y tiene un patrón único. Estas diferencias pueden observarse en la distribución de las papilas gustativas, las formas y los surcos que presenta. De hecho, algunos científicos están investigando la posibilidad de utilizar la huella lingual como método de identificación biométrica, similar al reconocimiento de la retina o las huellas dactilares. Increíble, ¿verdad?
2. 10.000 papilas gustativas
Si te estás preguntando cuántas papilas gustativas tenemos, te adelantamos alrededor de 10.000, aunque el número varía dependiendo de cada persona. Tienen una función clave, puesto que son las encargadas de transmitir los sabores. Nuestro paladar es capaz de diferenciar dulce, salado, amargo, ácido y umami (significado: sabroso, típico del glutamato monosódico). Aunque tradicionalmente se pensaba que cada sabor se asociaba a una región específica de la lengua, todas las partes pueden detectar cualquier sabor, aunque hay zonas más sensibles a unos que a otros.
3. Refleja nuestra salud general
Es un hecho: el aspecto de nuestra lengua es un reflejo de nuestra salud general. Por ejemplo, si tiene un color pálido podría indicar anemia; mientras que si es amarillento podría ser señal de fiebre o trastornos digestivos. Además, hay enfermedades sistémicas, como la diabetes, que pueden alterar el sentido del gusto, dejando un sabor metálico en la boca.
4. Cicatriza rápidamente
La capacidad de regeneración de la lengua es sorprendente. Sus células tienen una tasa de renovación muy alta. Es más, las papilas gustativas se renuevan aproximadamente cada 10 o 14 días. Esta es una de las razones por las que quemaduras o cortes tienden a sanar más rápido en comparación con las heridas que se producen en otra parte del cuerpo. No obstante, esto no significa que la lengua sea inmune a daños permanentes, por lo que es vital cuidarla y mantener una buena higiene bucal.
5. Más allá del sabor
Todos asociados la lengua al sentido del gusto, pero no solo es responsable de detectar sabores. Está dotada de miles de terminaciones nerviosas que la hacen extremadamente sensible al tacto. Esta sensibilidad táctil es esencial para actividades como hablar, tragar, masticar… Asimismo, nos permite detectar texturas en los alimentos, lo que añade una dimensión más a la experiencia culinaria.
En resumen, la lengua es mucho más que un simple órgano para degustar los manjares de la vida. Es un mapa único de quiénes somos. Por ello, debemos esforzarnos diariamente por mantenerla limpia y sana.
En este sentido, en Koresdent contamos con un equipo de odontólogos generales que se encargarán de proporcionarte todas las recomendaciones que necesitas saber para cuidar de ella cada día, enseñándote a utilizar el raspador lingual, una herramienta muy útil para higienizarla.
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